Se dice que Destino es el seudónimo que utiliza Dios cuando no quiere firmar con su propio nombre. Y resulta difícil no encontrar alguna huella digital divina en que, habiendo tantos estadios de Sudamérica en los que podría haber tenido lugar, la finalísima de la Copa Libertadores fuese a parar a la de Real Madrid, justo el equipo que ya tiene prácticamente abrochada la contratación del volante tucumano de River, Exequiel Palacios. Paradójicamente, y aunque todavía no vista de “blanco”, el de Famaillá ya sabe lo que es celebrar un título en el Santiago Bernabéu.
River campeón: ¿Una feliz despedida?De todas formas, todavía luce una banda roja atravesándole el pecho y la respeta. “Yo estoy tranquilo. Prefiero enfocarme en disfrutar esto con mi familia y con la gente de River. Esto es para ellos. En especial, para mis primos y tíos que están en Tucumán y para mis viejos, que me vinieron a acompañar”, destacó Exequiel en el día más feliz de su vida como futbolista.
“Todo esto vino muy de golpe. Esto es un plus, es lo máximo, lo que vengo buscando desde que comencé mi carrera”, aseguró Exequiel.
Exequiel Palacios, de Tucumán con amorA miles del kilómetros del Paseo de la Castellana, en el barrio Banda Padilla, el resto de su familia sufrió y festejó junto con él. “Nos reunimos todos. El minuto a minuto fue para infartarse, primero sufriendo con el gol de boca y después alentando y festejando. Pero no sólo porque juega mi sobrino, sino porque somos todos hinchas de River”, aseguró Hernán Palacios, tío de Exequiel. Después, lógico, vino el festejo en caravana. “Algunos hinchas de Boca nos felicitaron también. El fútbol es así. Estamos contentos porque Exequiel pudo levantar una copa muy importante”, cerró Hernán.